Las huellas de la ganadería vacuna en Costa Rica estudia el desarrollo de esa actividad en Guanacaste entre 1890 y 2014. Es un análisis histórico y de tiempo presente con enfoque medioambiental, al que responden sus objetivos y metodología, resultado de la cooperación de cuatro especialistas en el tema, Anthony Goebel, Andrea Montero, Ronny Viales y Juan Infante, aunque con formación y expertise diferentes, historiadores, economistas, con interés en otros asuntos también, por ejemplo, en las desigualdades, y tanto en América Latina como España1
El marco teórico-metodológico de investigación combina el enfoque, y tecnología, Land Cover-Land Use Change (LCLUC), que mide mediante teledetección el impacto ambiental de las emisiones, y el metabolismo social, que analiza las relaciones entre la acción humana y los procesos naturales en los que índice2
Por las razones referidas Las huellas de la ganadería vacuna en Costa Rica es un estudio original, novedoso y una sustancial aportación científica, no solo a su objeto de investigación regional, pues por su metodología contribuye a ampliar el conocimiento del tema es espacios mayores, costarricense, latinoamericano e internacional3
Historia ambiental, regional, de pasado y presente, con empleo de nuevas tecnología y fuentes son características que destacan per se el valor de la obra de Goebel, Montero, Viales e Infante. Sin embargo, esta se significa también por su análisis aplicado a una actividad rural, la ganadera, pese a su importancia, relativamente menos investigada que la agricultura tropical de exportación, ya ser en Costa Rica o América Latina, pues en las economías de climas templados del área, salvo en las altamente especializadas en ella (las del Cono Sur fundamentalmente) ocurre igual con respecto a otros cultivos5
En el sentido referido Guanacaste es un área relativamente marginal. Ocupa el noreste de Costa Rica, y el golfo de Nicoya separa su parte meridional del resto del país. Zonas de su territorio fueron colindantes a las de desarrollo agrario exportador, azucareras, cafetaleras o frutícolas, actividades que también se extendieron por él, aunque allí predominó la ganadería y la explotación de maderas preciosas —es uno de los grandes reservorios de estas—, igualmente destinadas al mercado exterior. Además, la región carece de ferrocarriles, la principal tecnología aplicada a la producción y comercio durante el siglo XIX e inicios del XX, que se limitaron al centro de la nación, surcándolo transversalmente, por su litoral pacífico y extremo sur6
Goebel, Montero, Viales e Infante estudian la historia de la ganadería en Guanacaste, su competencia por los recursos con la agricultura y las huellas ecológicas que ha dejado, visibles (LCLUC) e intangibles (metabolismo social). Aparte de analizar esa actividad, y la economía de la región, los autores miden su impacto medioambiental, para lo que eligen tres cortes cronológicos, el inicio del período investigado (1890), mediados del siglo XX y 2014.
El resultado del estudio muestra que la ganadería predominó en Guanacaste, desplazando a la agricultura de subsistencia. Junto a la tala de árboles esto ha tenido un impacto negativo en el medioambiente regional per se y por el hecho de dedicarse sus productos a satisfacer demanda internacional. Con el paso del tiempo, además, cultivos, sobre el de caña de azúcar, han ido ganando espacio a la cría de animales, pero su vocación igualmente exportadora ha impedido resolver el problema de su nocivo impacto ecológico.
Las mediciones practicadas por los autores constatan y precisan el impacto ecológico del sector rural de la economía en Guanacaste y sus cambios en el tiempo. La modernización e industrialización de sus actividades no logró reducirlo sustancialmente, ni tampoco las variaciones en el uso del suelo, debido a esa dedicación exportadora, y la pequeña mejoría que se observa al respecto en el siglo XXI se debe a que tal incidencia es algo menor en el caso de la caña. Sin embargo, la ganadería sigue siendo determinante en la región y toda la explotación de su espacio a lo largo del tiempo ha mantenido una relación desequilibrada entre crecimiento y sostenibilidad, debido a que no ha respondido a un desarrollo armonioso y retroalimentado en su entorno y con la población que lo habita, sino a requerimientos de la demanda internacional de sus productos. La cabaña animal no ha sido complementaria de las siembras y proveedora de abono, por tanto, su dimensión y generación de biomasa (estiércol) han sido excesivas y, junto a los cultivos, ha contribuido a la deforestación. Las políticas públicas, finalmente, ayudaron a ese proceso, no lo frenaron, e igual la estructura de la propiedad, tendente a su concentración.
Las huellas de la ganadería vacuna en Costa Rica, pues, es una valiosa aportación al conocimiento histórico con empleo de nuevas fuentes y procedimientos de análisis, a perspectivas recientes de investigación de gran utilidad social, medioambientales y regionales, y aspectos relativamente menos abordados por los estudios económicos, como la crianza de animales destinada al mercado. Además, es un trabajo cuidadosamente escrito, teórica y metodológicamente bien construido y preciso en sus conclusiones.